Aquel día descubrí que mi único rival no era más que mis propias rayadas y debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos, aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo la mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quien ganara y quien perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Y si hace falta esperar para que algo bueno pase, esperaré, sea lo que sea, pero con una gran sonrisa en la cara, hecha a partir de alguien muy especial que son cada uno de mis verdaderos amigos y por mis propias superaciones como persona en la vida.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas... aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar.
Sonríe, porque vale la pena ser feliz:)
No hay comentarios:
Publicar un comentario