¿Y PARA QUÉ SIRVE EL FRÍO SI NO ME ABRAZAS?

Una tarde, sentada en un banco, pasando frío y pensando en todo lo que alguna vez me ha hecho sonreír. Las lágrimas distantes recorren mis mejillas, recordando aquellas cartas, aquellas tardes, aquellas fotos en las que si no salías mal tú, salia mal yo y al final nos quedábamos con dos, aquellos regalos, aquellos abrazos, aquellos besos, aquellos días en los que éramos felices, son tantos... Y por eso estoy mal, por eso, porque son miles y millones de cosas buenas, frente a dos errores. Cuando quieres a alguien le perdonas, por eso tantas oportunidades de cogernos de las manos y caminar juntos. Es increíble como miles de recuerdos hacen que algo empiece y se convierta en todo y un hecho, un error, una palabra, un insulto... pueda llegar a dejarlo simplemente en nada. Tengo frío, hoy, ayer y mañana, te necesito a ti, a tus abrazos y tus besos que me hacían sentir que todo irá bien. Es mucho lo que yo siento.