Hecho de menos esos días en los que era feliz, no me rayaba por nada, por nadie… Esos días en los que me hacían de reír solo con cogerme en brazos y hacerme el avión o simplemente cosquillas, en los que hacía reír a la gente con mis caritas de pequeña, en los que sacarme una sonrisa era tan fácil como andar, respirar… como gritarle al viento. No sé por qué necesito eso, no sé por qué quiero volver… no sé nada. Solo sé que estoy harta de no dormir por las noches, de despertarme con esa sensación de agujas clavadas en el pecho, de escribir todas las noches cartas e historias que no sirven para nada… de canciones que no tienen melodía y solo sirven para hundirte más. Y no sé por qué, me encantaría volver a la infancia, a ese tiempo en el que no me importaba nada… Todo se arreglaba con un “volvemos a empezar” o con un “eso no vale, es trampa”… Una herida en la rodilla corriendo por el patio, duele menos que un corazón roto por cosas de mayores. Quiero volver a ser yo, quiero volver a ser feliz…
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